La autenticidad de los diamantes, una manera fácil de distinguir entre diamantes verdaderos e imitaciones

Es probable que, si usted está comprando un anillo de diamantes, quiera que su diamante sea especial, duradero y, sobre todo, auténtico. Con todas las imitaciones de diamantes, en el mercado actual, es conveniente conocer algunos consejos útiles sobre cómo identificar a un verdadero diamante, de una falsificación ¡Es hora de poner a prueba a su diamante!

Los diamantes reales son imperfectos; las falsificaciones, no lo son.
Si bien algunos podrían pensar que el fin de comprar diamantes, es encontrar uno perfecto, no siempre es así. Un diamante cuidadosamente cúbico, sin imperfecciones, es fácil de etiquetar como falso. El diamante real y puro, contiene pequeños “defectos” que, a menudo, crean un brillo que no se puede ver en las falsificaciones.
Mire dentro del diamante.
Al igual que mirar dentro de una bola de cristal, mirar dentro de su diamante, revelará la verdad sobre sus componentes y así, su autenticidad. La clave está en que los diamantes reales siempre tienen algo en su interior. Si miráramos un diamante con un microscopio de 1200x, seríamos capaces de ver las diminutas inclusiones de piedras dentro de su infraestructura. Si tratáramos de ver a través del diamante, no seríamos capaces de hacerlo. Un diamante real, tampoco debe ser de un color claro y unificado. Si la piedra no brilla, o si se puede ver a través de ella, entonces es definitivamente falsa.

Revise el desgaste de la piedra.
Los diamantes reales, tienen una nitidez y una durabilidad excepcional, son lo suficientemente duros para rayar el vidrio. Si existen en la superficie del diamante arañazos o rasguños, o si el diamante puede rayarse, entonces no es real.

Pruebas simples de dos minutos
1. La prueba de la lectura.
Se realiza colocando el diamante sobre un periódico. Si usted puede leer a través de él, incluso si sólo ve distorsionadas manchas negras, en lugar de letras claramente marcadas, su diamante es una falsificación. Los diamantes reales tienen tanta complejidad en su infraestructura, que es
imposible que la luz pase a través de ellos, sin ser primero refractada.
2. La prueba del papel de lija.
Los diamantes son las sustancias más duras que se conocen. Dicho esto, es imposible rayar un diamante real. Utilizando cualquier papel de lija, húmedo o seco, se puede realizar esta prueba. Sólo deberá lijar con fuerza el diamante y observar si aparecen sobre su superficie muescas, en este caso, se trata, sin duda, de una falsificación.

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